Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

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El otoño en Japón es más que un simple cambio de estación; es un fenómeno cultural con una historia centenaria. Momijigari, la tradición de admirar los arces otoñales, se ha convertido en parte integral de la cultura japonesa, al igual que el hanami (la contemplación de los cerezos en flor) en primavera. Cada año, millones de japoneses y turistas acuden a parques, templos y zonas montañosas para disfrutar del increíble espectáculo de las hojas carmesí y doradas.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

La palabra "momijigari" se compone de dos partes: "momiji" se refiere a las hojas de arce o a su color rojo, y "gari" se traduce como "cazar". Literalmente, significa "cazar hojas rojas", aunque hoy en día es más un paseo contemplativo que una actividad activa.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

La tradición del momijigari se originó en el período Heian, aproximadamente entre los siglos VIII y XII. Inicialmente, admirar las hojas de otoño era un pasatiempo para los aristócratas y miembros de la corte imperial. Los nobles celebraban elegantes picnics bajo los arces, escribían poemas waka dedicados a la belleza de la naturaleza marchita y disfrutaban del sake en compañía de personas afines. Con el tiempo, esta tradición se extendió a todos los estratos sociales y se volvió muy popular.

Momijigari se basa en el concepto filosófico japonés de mono no awareness: la conciencia de la impermanencia de todas las cosas y la capacidad de encontrar la belleza en la transitoriedad de la vida. Las hojas de otoño simbolizan este principio a la perfección: su vibrante belleza dura solo unas semanas antes de que caigan y llegue el invierno.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

Para los japoneses, el momijigari es una oportunidad para hacer una pausa, bajar el ritmo frenético de la vida moderna y reflexionar sobre cuestiones profundas. Contemplar los colores cambiantes de la naturaleza nos recuerda la naturaleza cíclica de la vida, que cada estación es hermosa a su manera y que el final de una etapa conduce inevitablemente al comienzo de otra. Esta práctica nos enseña a apreciar el momento presente y a encontrar armonía con los ritmos de la naturaleza.

La temporada de colores otoñales en Japón comienza en septiembre en el norte del país, en la isla de Hokkaido, y desciende gradualmente hacia el sur, llegando a Kioto y Tokio en noviembre y a las regiones del sur solo en diciembre. Los japoneses llaman a este proceso "koyo zensen", el frente del follaje otoñal.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

Los servicios meteorológicos japoneses elaboran anualmente pronósticos detallados de momijigari, que registran cuándo las hojas alcanzan su máximo esplendor en cada región. Estos mapas de colores otoñales son tan populares como los pronósticos de la floración de los cerezos en primavera. El momijigari suele durar de una a dos semanas en cada lugar, por lo que los japoneses planifican cuidadosamente sus viajes para no perderse esta época mágica.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

Kioto se considera, con razón, la capital del momijigari. El templo Tofukuji es famoso por su puente Tsutenkyo, que ofrece una vista impresionante de un mar de arces rojos. Igualmente impresionante es el templo Eikando, donde unos tres mil arces crean una increíble paleta de tonos que van del amarillo al burdeos intenso.

En Tokio, el Jardín Rikugien se ha convertido en un lugar popular para admirar las hojas de otoño, donde la iluminación especial convierte los arces en un espectáculo fantástico al atardecer. El Parque Nacional Nikko ofrece vibrantes paisajes montañosos con cascadas y templos antiguos como telón de fondo. Y en Hokkaido, el Parque Nacional Daisetsuzan ofrece momijigari en un entorno natural prístino, entre montañas y lagos agrestes.

La celebración moderna del momijigari conserva el espíritu de la antigua tradición, pero ha adoptado nuevas formas. Familias y amigos salen al aire libre con cestas de picnic repletas de platos tradicionales de otoño: arroz con castañas, setas matsutake, pescado al horno y dulces con forma de hoja de arce.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

La fotografía se ha convertido en una parte importante del momijigari. Tanto japoneses como turistas pasan horas buscando el ángulo perfecto para capturar la belleza de los arces otoñales. Las redes sociales están repletas de fotos etiquetadas con momijigari, y los mejores lugares se vuelven increíblemente populares, a veces incluso abarrotados. A pesar de esto, el ambiente se mantiene tranquilo: los japoneses saben disfrutar de la naturaleza incluso entre multitudes, manteniendo la calma y el respeto por los demás característicos de su cultura.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

El momijigari ha permeado el arte y la literatura japoneses. Los arces otoñales se celebran en la poesía clásica de haiku, se representan en ukiyo-e (xilografías tradicionales) y adornan kimonos y decoración del hogar. Las hojas rojas de arce se han convertido en uno de los principales símbolos del otoño japonés, reconocibles en todo el mundo.

En la cocina japonesa, el otoño es la temporada del momiji tempura, cuando las hojas de arce auténticas se encurten y se fríen rebozadas, convirtiéndolas en un delicioso postre. Los pasteleros crean wagashi, dulces tradicionales con forma de hojas otoñales. Incluso el sake se está volviendo otoñal: los productores están lanzando variedades especiales que se disfrutan mejor durante el momiji tempura, saboreando la armonía del sabor y la belleza del entorno.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

Si planeas visitar Japón en otoño para el momijigari, reserva tu alojamiento con bastante antelación; es una de las temporadas turísticas más populares. Presta atención a los pronósticos de koyo zensen para asegurarte de estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Recuerda que el clima puede influir, así que ten cierta flexibilidad en tus planes.

Momijigari: Cómo los japoneses convirtieron la admiración por el arce otoñal en un arte

Visita los lugares populares temprano por la mañana o al final de la tarde para evitar las aglomeraciones y contemplar los arces en un entorno más tranquilo. Muchos templos y jardines ofrecen iluminaciones nocturnas especiales durante el momijigari, un espectáculo especial con arces iluminados que crean una atmósfera casi mística. No olvides probar la comida y bebida de temporada: son parte esencial de la experiencia otoñal en Japón.

Momijigari es una oportunidad para relajarse y ver la belleza en lo simple. Te enseña a apreciar el momento, como lo han hecho los japoneses durante siglos. ¿Te gustaría participar en momijigari y vivir el otoño japonés con tus propios ojos? ¿O quizás tienes tus propias tradiciones otoñales relacionadas con la observación de la naturaleza? ¡Compártelas en los comentarios!

     

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