17 pueblos fabulosos donde escapar de la gris vida cotidiana
Categorias: Mundo
Por Pictolic https://mail.pictolic.com/es/article/17-pueblos-fabulosos-donde-escapar-de-la-gris-vida-cotidiana.htmlCada uno de nosotros ha tenido al menos una vez una idea, incluso un sueño: escapar de la vida habitual y sus responsabilidades que la acompañan a un mundo de cuento de hadas. Entonces, si ahora está asintiendo furiosamente con la cabeza al monitor, se alegrará de saber que esto es bastante posible y que todo está en sus manos.
Estas aldeas pueden parecer irreales, como ilustraciones de un libro de cuentos de hadas, pero, gracias a Dios, realmente existen. Entonces, la próxima vez que tenga un deseo irresistible de evaporarse al menos por un tiempo, abra esta publicación.

Provenza, Francia.

Bibury, Gran Bretaña.

Hallstatt, Austria.

Gasadalur, Islas Feroe.

Pueblo de pescadores abandonado, China.

Pueblo de pescadores abandonado, China.

Hamney, Noruega.

Gokayama, Japón.

Rothenburg, Alemania.

Noruega.

Manarola, Italia.

Egisheim, Francia.

Un pueblo de montaña en el sur de China.

Monemvasia, Grecia.

Shirakawa, Japón.

La ciudad de Suzdal, Rusia.

Sentinel Hill, República Checa.

Bled, Eslovenia.
Palabras clave: Pueblos | Aldea | Recreación | Cuento de hadas
Publicar artículo de noticiasArtículos Recientes
Cada chico se siente atraído por las chicas de maneras absolutamente diferentes. Para alguien, un carácter tranquilo es ...
El 17 de noviembre de 1869, se abrió el Canal de Suez para el transporte marítimo. En esta ocasión, hoy hablaremos de ello y de ...
Artículos relacionados
El fotógrafo Giancarlo Rado lleva tres años fotografiando a la gente común de Italia: músicos, pastores, panaderos, ...
Una vez, un fotógrafo de Ciudad del Cabo, Peter Hugo, recibió una foto curiosa de un amigo que viajaba en Nigeria. Mostraba a la ...
En la capital de Bulgaria, Sofía, hay puestos callejeros de tipo sótano, donde las ventanas están apenas por encima del nivel ...

Perdemos la infancia en el tiempo, pero la conservamos dentro de nosotros mismos. Probablemente por eso amamos tanto los cuentos de ...